lunes, 31 de agosto de 2009
“¿Qué estará haciendo? ¿Estará pensando en mí? Qué tontería… Seguro que ya se ha olvidado de que formé parte de su vida. Hace tanto tiempo desde la última vez… Qué maravilloso fue todo en esos momentos. Las cenas románticas, las velas, los paseos por la playa… Era de película. ¡Si es que no me creía que existieran chicos así! Y de la noche a la mañana… Todo se termina, tanto lo bueno como lo malo. ¿Me habrá recordado en algún momento de su vida? Yo a cada instante… No he sabido encontrar en los labios de otros el amor que me transmitía, ni en los brazos de extraños o conocidos me he sentido tan segura y tan especial como cuando estaba entre los suyos. Fue único. Y lo recuerdo como si hubiese pasado hace cinco minutos. No puede ser que aún le siga queriendo… Mi vida ha continuado, pero yo me he quedado parada en el tiempo, en el momento que su mirada me atravesaba con esa pasión. Qué gracia… cuando estábamos juntos, miraba las estrellas cada noche y les pedía deseos a todas ellas. Todos esos deseos tenían que ver con él. Y hoy estoy haciendo lo mismo. Estoy implorando al firmamento entero que haya pensado en mí aunque sea un momento… Y si busco en el fondo de mi corazón, también deseo que me vuelva a rozar, que me vuelva a besar, a acariciar… Le deseo a él. Pero… ¿se acorará de mí?”








